Cuando las aguas de tu mar en calma se agiten. Detente, respira profundo, mira el horizonte. ¡Piénsame!
Cuando el cansancio se cuele, sin tu permiso, en tu vida. No pierdas la calma, búscame en tu corazón ahí estoy. Mis latidos, confundidos con los tuyos, te calmarán. ¡Escúchalos!
Cuando la angustia, la desesperación claven sus filosos dientes en tus entrañas. No te rindas a la soledad. Evoca mi voz, mi risa, sonríe. ¡Recuérdame! Contigo estoy.
Cuando caigas en la tentación de pensar que no eres capaz. Suspira, alza la frente, rememora mi dulce mirada y las veces que te digo: ¡Confío en ti! ¡Confía en ti!
Cuando las noches se hagan largas, eternas. Sal al balcón, mira la estrella más lejana. También la estoy mirando. Recuerda, amor de mi vida, que cierta oscuridad es necesaria para poder ver las estrellas. Ten la certeza de que mañana brillará más fuerte el sol.
Cuando quieras tirar la toalla, rendirte porque la lucha se hace dura. ¡Detente! Ve al parque donde nos conocimos. Observa el pino más alto. El viento lo dobla, mas no lo parte. No pierdas la esperanza. Cosas peores has superado, ésta no será la excepción, te lo aseguro. Es el momento del silencio y la contemplación.
Si la nostalgia empaña tu mirada y la tristeza apaga tu sonrisa, ve a nuestra playa, descálzate, camina lento y respira. Acuéstate sobre la arena tibia, mira el cielo, pierde tu mirada en el celeste infinito. Sé una cosa sola con la natura. Piensa que pronto estaremos juntos.
Ante la lógica humana somos dos locos inconscientes, sin seguridades, mas yo te tengo a ti, tú me tienes a mi. Toma mi mano y caminemos. Luchemos, juntos lo lograremos, venceremos.
Lo más importante, no olvides jamás, bien de mi vida, que yo ¡Te amo!