En la profunda inmensidad de tu tierna mirada
Se pierden por completo mi corazón y mi alma.
Caí esclavo de tus ojos, desde la vez primera,
en que en ellos vi la belleza de la vida entera.
Tu mirada es como una bella flor de primavera,
o como una dorada hoja de otoño en la acera,
es el candor de las olas al besar la playa,
o el primer copo de nieve en tu mano abierta.
Puedes con tu mirada desnudar todos mis sentimientos,
y al mirarme de frente, sabes todo lo que yo pienso.
Una mirada tuya basta para pedirme un beso,
y otra para enviarme sin escalas, al infierno.
Al mirar tus bellos ojos, se que me pierdo,
pero soy feliz, y feliz me entrego a ellos.
Más feliz aún, cuando dices que me amas,
usando para esto únicamente, tus preciosos ojos bellos...