estrellas en mis mejillas
son los corazones del mar
que se han escapado
por el cielo
como si fuese una ventana
de luz y de sueños.
vierto gotas de esperanza caducada
en la tierra estéril de mi barbilla.
¡que se vaya lejos el viento de tus sombras!
la casa de mi alma ya está vacía
pero la mentira de tus brazos
aún más me enfría la cama.
que me la pase llorando
hasta que desaparezcan todas las nubes
no es demasiado pecado;
pero que tu nombre de niebla soleada
se ensucie con cada letra
de mi alfabeto personal,
es lo más doloroso
y lo más bello
que me hubiera podido pasar.
© Diana Cosma