En un vientre femenino
una semilla crece
durante nueve meses
para empezar su camino.
En este Mundo divino
que nos depara sorpresas
alegres o con tristezas,
así será el destino.
Del pequeño que ha llegado
al regazo estelar
de ese ser que es singular
y que pronto lo ha abrazdo.
con sus brazos le da calor,
con su pecho lo alimenta,
con sus ojos lo contempla,
con sus labios, le da besos con amor.
Ella es la gruta perfecta
que lo protege y lo ampara,
lo acaricia y lo compara
con una Obra selecta.
¡Quién puede ser esa estrella
que ilumina el sendero?
es el amor verdadero
de la Madre, ¡la más bella!
Vero