Quiso Dios hacernos humanos
Y nos dio un par de manos.
una gran boca parlante
blancos dientes por delante.
Unas orejas muy sensibles
y un olfato razonable.
Dos piernas para andar erguidos,
dos pies para el equilibrio.
Un pecho robusto envidiable
y un abdomen agradable.
Pero ante todo quiso regalarnos
algo no solo para asombrarnos
Un cerebro de kilo y cuarto
para poder pensar un rato.
Saltamos locos de alegría,
por tan inmerecidos regalos.
Lo llamó: el libre albedrío
el regalo que dió, al nuevo crío
Pues era el jefe de la manada
quien debía cuidarla y guiarla.
Pero nuestro querido ancestro,
Que recibió gratis todo esto,
Empezó malogrando el regalo
Y tomó el camino más malo.
Ya nosotros lo empeoramos
Y toda la creación malogramos.
Usamos cada cosa a gusto,
y provocamos muchos disgustos.
Con las manos golpeamos,
con nuestra boca insultamos.
A punta de harina y grasa,
el abdomen se hizo panza.
Vemos solo obscenidades,
Y oímos ruidos infernales.
Marihuana directo al pecho,
cocaína a las narices.
Falta más? Usemos piercings,
agujereando todo el cuerpo,
que es muy loco el usar esto.
Y que pasó del gran cerebro?
No que era lo mejor de todo?
Pues pronto olvidamos de ello,
Y lo usamos tan, pero tan poco
Que al que lo usa por un rato
Lo tildámos de tipo loco.
Mira Dios triste y compungido,
se arrepentirá de lo regalado?
Pensará que fue un error funesto
el habernos regalado todo esto?
Ya hubo un tiempo, aunque lejano
Donde destruyó a todo humano,
Dejando solo a algunos pocos,
Llamados por los demás: locos.
No dejemos que pase de nuevo,
Que se enoje nuestro Dios bueno.
Cuidemos estos preciados dones,
nuestra casa, y los que la componen,
Y sobre todo usemos el cerebro
para componer todo lo mal hecho...