Lucy Quaglia

Me cuesta escribirte

Me cuesta escribirte,

Me siento tullida,

Sorda, entumecida,

Llena de arruguitas,

De años en fermento,

De hierros calientes,

Rojos y sufrientes,

Vidas, cancioneros

De poemas locos

Al polvo, a la muerte,

Al frío, al cansancio,

Al hastío, al miedo,

Al suave latido

Del viento en las hojas,

Las ramas, los nidos,

Los paisajes muertos,

Los pájaros vivos,

Los romances viejos,

Todos retorcidos,

En cada momento

Con lo lacrimógeno

Zumbando al oído.

 

Calvario de cosas

Tranquilas que huyen

Locas,

La enternecedora

Voz de la mañana,

Las canas pintadas,

Ruinas de la vida,

Las causas pasadas,

Palabras podridas

En los cantos nuevos.

 

Los sueños tranquilos,

Los amores sordos,

De cosas sin vida,

Las horas que vuelan,

Luces que titilan,

Esperanzas yermas

De años que han huído,

Los cielos, las nubes

Desaparecidos

Detrás de una hoja,

Una planta seca,

Una coca cola,

La gran amapola,

La rosa marchita

Y un canto al pantano,

Al algo y al río

Y al verano vago

De muchos suspiros.

 

La pluma en el vuelo

De luna y de estrellas,

La ropa planchada

Y otras cosas bellas,

El rostro quemado,

El pie, la postura,

El calvario triste

De la vida misma

Entre los senderos,

Los bosques de pinos,

La estación de gas

En día domingo.

 

Piedras y canoas,

Carpas y mochilas,

La vieja victrola

Sin voz ni ronquido,

Sin paz ni sonrisa.

 

Mi esposo se va,

Su temperamento

Curioso y tranquilo,

En la bronca ufana

De aquellos momentos

Buscando escaparse

Mientras que lo abrazo

Y le pido un beso

Que al rato se olvida,

Rebelde sin causa

Que no me perdona

El abrir la puerta

Del piso de arriba.