Él: Sé que nos hemos fallado,
que hemos tenido sinsabores,
que nuestro sufrimiento a nublado
el corazón y el espíritu enamorado.
Sé, nos hemos hecho daño.
Y ante ti, arrodillado lavaré tus pies
con mi llanto y así te daré mi perdón
de corazón amor.
Y así te diré: Perdóname
este espíritu que se encegueció.
Ella: Sé que nos hemos malogrado,
hemos tenido aflicciones,
nuestro desconsuelo ha nublado el espíritu
y el corazón enamorado.
Sé, nos hemos hecho daño,
con los labios y la piel.
Perdóname este espíritu que se obsesionó.
De rodillas estoy limpiando
con mis lágrimas tus pies.
-Perdonemos con el amor en nuestras manos,
con los labios ungidos de entendimiento.
No nos merecemos hacernos desasosiego
y dolencia, para esto estamos, para perdonarnos,
comprendernos y continuarnos,
con las manos abrazadas,
con nuestro creador limpiándonos
nuestros pies enamorados
como el corazón y el espíritu hacia él,
a quien le damos nuestro perdón,
porque somos humanos e hijos de él-.
© D. Valencia Tobón. Reservados tosos los derechos de autor.