Esta noche he rasgado los velos de tu amor
con tan honda fiereza que me echado a llorar;
y me pesan tus llantos, y ese excelso clamor
que en un eterno adiós quisiera sepultar.
Un gato que se asoma; raudo salta y se espanta,
es que en este crepúsculo los endechos resbalan
por mi faz penitente, la pesadumbre es tanta
como siglos y siglos que compungidos balan.
La noche es una Morgue disfrazada de horas,
que hunden su tiempo ávido por mi pupila y ceja.
Esta noche te amo, porque lejana lloras,
esta noche es tan Gris, y la pena es bermeja.
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David John Morales Arriola