Soy el único de todos estos inclinado estrella a estrella,
barco a barco,
menos uno a menos uno,
el único de mi gran no-yo que parte.
De este me voy,
de mi pequeña situación,
de mi gran,
de mis quehaceres,
de mi signo agrietado,
fragmento a fragmento,
soy el único de todos que de esto lo recuerdo todo,
parte a parte.
De dar vueltas en la cama,
de los cultivos a la entraña,
callejuela a callejuela,
del escaparate,
el espejo,
la medida,
el arquetipo,
la simiente.
Y en mi cuna y de mi cuna soy el único,
que se va segmento a mi tránsito,
y,
desmembrado,
sitiado de gente,
únicamente,
uno,
único.
De tanto conceder vuelta a vuelta,
mi humano parentesco,
remitir mis tristezas una a una,
de todos lejos,
porque todo,
de todo,
testimonio es lo que queda,
para hacer,
además mi barro,
mi huella,
mi hendedura,
hasta duplicada,
la articulación,
de mi propio cuerpo sujetado.
Jesus Hernandez