Hoy, al igual cómo lo haré mañana,
como cualquier día habitual,
te estoy extrañando.
Y empleando todos mis sentidos,
con mi mente y mi corazón.
terminó yo buscándote,
en ese recuerdo mío de ti,
que con tanta aferracion sostengo.
Mis ojos verdes y opacos buscan
a tus ojos verdes y destellantes,
a esos tus ojos bellos y claros,
que hacían encender tu rostro,
y me llenaban de contagio.
Y aunque yo solo encuentro
el espejismo de tu fugaz imagen
enredada en mis recuerdos,
con ello me conforta el engañó
y con eso yo me contento.
Mis labios tropiezan con tu nombre
y mis oidos comienzan a sitiarte
buscando cualquier palabra,
rimando cualquier susurro,
que presente te haga
y me diga que aun te tengo.
Mas aunque logró percibir
cada sonido y cada silencio,
ni tu voz y ni tu eco encuentro.
Y de nuevo viene a mi el engaño,
y en el chasquido del viento,
ahora tu vos escucho
pronunciando mi nombre
y un te quiero diciendo.
Pero luego mi piel se queja,
pues aun y con todo eso,
mis caricias no hacen contacto
y mis brazos vacíos se suspenden,
por eso busco la ceda de tu piel
y el abrazo tibio de tu cuerpo,
mas aun en contra de mis ansias
y a pesar de mis intentos,
ni tu piel y ni tu cuerpo encuentro,
puesto que estás muy lejos.
Mas sin embargo el engaño,
es igual que yo de necio
y hace que la flor me rose
y hace que el sol me queme,
e incluso que me abrace el viento,
para hacerme creer con ello
que al igual que tu imagen y tu voz,
tu piel aqui conmigo tengo...
Pero es solo tu recuerdo
lo único que sostengo.