Otro minuto más y no puedo intentar descifrar aquel laberinto.
Otro segundo más y no encuentro llave alguna que abrirá un cerrojo distinto.
Otro segundo en mis sentimientos y sin consentimiento ya estoy privado de aliento.
Otro minuto más y no acierto aquel recuerdo, junto con el preciso momento.
Otro segundo más y no puedo mencionar, si llegaré a algún final.
Otro segundo más busco en mis sueños aquella respuesta transversal.
El último minuto se pregunta por qué se olvida tan fácilmente.
Y el último segundo responde que la memoria colectiva lo olvida felizmente.