Por más que esquivo ignores a mis ruegos
no puedes ocultar tu amor latente,
ni logras dar al traste con el puente
por donde transitamos ya tan ciegos.
No puedes arruinar los dulces riegos
que esencian a las carnes…a la mente…
tampoco destrüir el medio ambiente
que sirve de esplendor y guardafuegos.
No puede ser tu pecho como piedra
sembrando entre los tréboles risueños
ortiga, cardo, tunas…tanta hiedra…
No puede ser pasaje de los sueños
el vino de este cáliz tan ferviente
que mi boca exhala…y tu pecho siente…