Miro con ternura a mi hijo,
saca mi lado más paciente,
menos oscuro y más humano,
me olvido de mi parte combatiente.
Miro tiernamente a mi amigo Miguel,
mi héroe roto, que con dolores,
nunca se queja, es mi fúel,
de paz, que mitiga mis temores.
Miro con ternura a los débiles,
yo nunca los ataco, los respeto,
para mi no hay diferencia, son iguales,
quizá con peor suerte e igual mérito.
Miro con ternura a los niños con espina bífida,
algunos me ven como ejemplo de lucha,
el modelo son ellos para mí de vida,
de dignidad, de respeto y dicha.
Miro con ternura a las personas de buen corazón,
que no se venden, son generosas,
no les suele ir muy bien en la sinrazón,
de la competencia y las empresas.
Miro con ternura algunas vidas,
las que veo con sentido y coherencia,
que no juzgan ni prejuzgan a los demás,
y que miran la vida con paciencia.