Ahí en lo alto del campanario
observando sin mucha prisa
inmerso en la arena y la brisa
ahí es que se encontraba Mario
en un momento atento el viento
sin más sacudía su camisa
cuando el sol bañaba su cara
Tocándola en fallido intento
que de pronto se despertara
más el absorto contemplaba
las olas romperse en la playa
al mismo tiempo que pensaba
porque ante el mar todo se calla
y en el horizonte un Zenzontle
remonta el vuelo cual gaviota
hacia una hermosa isla remota
Ahí en lo alto del campanario
de un salto se incorpora Mario
se acuerda de jalar la cuerda
para que tañan las campanas
hoy como todas las mañanas.