¿Cuánto cuesta una sonrisa?,
¿quién se atreve a valorarla?
Una cosa, que en la vida,
nadie podemos comprarla.
Muchos son los ricos tristes,
muchos pobres la regalan,
muchos pagarían por una
y no pueden alcanzarla.
Contagiosa hasta el extremo,
da a cambio sin pedir nada.
Todos, grandes y pequeños,
la acogen sin mediar palabra.
Es sencilla, sin adornos,
cuando esta sale del alma
activa todo tu cuerpo
y te ilumina la cara.
Si es falsa, no es mentirosa,
es incapaz de mentir,
cambia el tono a las palabras,
a la cara hace fruncir.
Muchos quisieran tenerla
por un segundo prestada.
No se vende ni se presta
y espera siempre callada.
No diferencia poderes
y a los afligidos llama
en el juego de unos niños,
en una agradable charla.
En lo pequeño y sencillo
ahí puedes encontrarla.
Su valor no es conocido,
no hay peritos de su talla.
Vale todo el oro junto
si tú sabes valorarla.
Si alguna vez la perdiste,
su valor será más alto.
Recuerda si un día dijiste
que reírse sí es barato.