Paloma P.P.

El almendro.

Llegó la primavera,

verdeó el valle,

floreció el almendro

y mostró sus florecitas blancas y rosas.

 El árbol deseó besar con ternura.

 

Un mal día de lluvia y vientos intensos,

se marchitaron y secaron sus flores y hojas

que cayeron tapizando el campo.

El almendro lloró su soledad.

 

El sol acarició su copa,

y en sus ramas desnudas

brotaron numerosos capullos.