Tuve que atarlos y encerrarlos en un verso.
Tuve que privarlos de ver la luz del día
Y tengo que asegurarme de que allí se queden.
Tengo que ilustrarles un nuevo amo.
Ya bastante tiempo llevan sueltos desatando caos
Y ha llegado el momento de detener su absurdo actuar.
Tengo que decidir entre la razón y la suavidad,
Y el camino está nublado a causa de su libertad.
He pasado mis días en la sombra de su espalda
Y por fin he descubierto su rostro.
Mi deber ahora es caminar disidente de sus normas.
¡Basta de obediencia e impotencia!
Mis pensamientos me ordenan atraparlos,
Guardarlos junto al polvo;
Y asumir el puesto de juez y amo.
Ser feliz y mantener mis sentimientos bajo custodia.