Todos los días durante décadas, desde el momento que naces hasta el que mueres
eres un número, 8760 horas por cada año de vida te la pasa siendo un número, naces siendo el primero, segundo o ultimo de ese día que tiene un número. Eres el primero, segundo o tercer hijo de de tus padres, que son los primeros o segundos tal vez terceros en ser padres en una familia que cuenta con cierto número de integrantes. Ellos te ponen un nombre que viene con un folio incluido para saber qué número de persona eres.
Siempre solo un número, número, número…
Creces, te envuelves en los días, la monotonía de la rutina. Te inscriben en la escuela donde eres otro número, gastas el tiempo de tus días por tener el número más alto en tu calificación, matas tu libertad en conocimientos que al final ni vas a recordar.
Eres el primero o el último, tal vez de los de en medio, pero mientras estudias ahí sigues siendo un número.
Pasas los años contando los días que restan para ya salir de esa escuela, para ser ahora un número de la sociedad.
Buscas un trabajo pero eres la persona número tal que está haciéndolo mismo que tu y estando igual que tu, sin empleo. O tal vez eres la persona número tal que tiene una ayuda para ingresar al lugar de la comodidad.
Ganas cierto número de dinero, ahora ya no eres el número del sistema educativo, ahora eres el número del sistema laboral.
Te buscas tu pareja número uno, dos o tres hasta cuatro o más, te casas o te unes a alguien o tal vez vives en soledad, pero, léelo bien, siempre seguirás el número tal.
Te cansas una y otras mil veces más en una década o muchos años más, lloras a veces durante días, pero nunca comprendes que al final del día buscas el número que te indique la hora de la despedida para así dormir cierto número de minutos, segundos.
Tienes una vida con algún número de lujos o un número de necesidades, oye te lo repito sigues siendo un número.
Envejeces al lado del número de personas que te quieren tal vez sea el número cero, ya que te la pasaste buscando, encontrando y siendo un número.
Te olvidaste de lo humano, de la libertad del vivir, te olvidaste que el tiempo no es número. El tiempo al final son los momentos que de verdad disfrutaste…
¿Te imaginas tu vida haciendo lo que te gusta, sin ningún requisito o atadura?