Muchacha de mil caminos
y un solo horizonte
en tu mochila iba escondido
tu norte.
.
Una brújula soñadora
orientaba tu alma,
semanas, días y horas
desandabas.
.
Montañas escarpadas,
aplanados caminos
múltiples encrucijadas
y algún que otro abismo.
.
Muchacha soñadora
inquieta y rebelde
recorriste en otrora
caminos verdes.
.
Tus pasos ansiosos
avanzaban sin miedo
en tiempos lluviosos
desafiando al invierno.
.
El calor del verano
y el frío de la cordillera
fueron tus aliados,
para que siguieras.
.
¿Donde dejaste tus pasos
hambrientos de polvareda?
¿Dime, si de ellos acaso
algo queda?
.
¿Donde esta la mochila
que soportó tu espalda,
y donde dejaste escondidas
aquellas esperanzas?
.
Los caminos cansados
de tus ágiles pasos
un día te apadrinaron
con el sol en ocaso.
.
Arco iris desteñidos
cansados de esperarte
hoy sufren tu olvido
sin poder deslumbrarte.
.
¡Ay muchacha mochilera,
mujer de mil caminos!
sigues siendo andariega
por eterno designio.
.
Atrás quedaron tus caminos
y adelante tu horizonte,
el crepúsculo encendido
te pintó de bronce.
.
Muchacha mochilera
si estás intranquila
tus ilusiones renueva
y carga tu mochila.
.
Recuerda que el camino,
los campos y las veredas
siguen siendo tus amigos,
y aún te esperan.
-------------
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela