Los modelos angelicales de Victoria
Inefables de Dios, son las razones
que su voluntad es de grandes dones.
Sus poderes, a nuestros corazones,
nos inculcan que hay ángeles que existen
maquillados de bonitos rubores;
con ropas lujosas así, ellos visten.
Desde los cielos hasta aquí, ellos bajan
por el peso de la belleza que cargan.
¡No se engañen! ¡Hombres no las escogen!
Dios los guía para que ellos razonen,
vean y entiendan, lo que ellos corrompen.
Quien dice: “La más bella yo la elijo”, es
para que a sus oídos desentonen;
inmortales hechos de imperfecciones
inenarrables, según sus largas vidas, y
Dios paciente de sus palabrerías.
Hacia angelicales caminos entran,
guiados por Dios, y así las vistas ciegan,
voceríos incongruentes que sobreandan
sobre los ángeles de cuerpos bellos.
Con saturadas pasiones, les brindan
al público sus mágicos destellos.
De sus figuras esbeltas presumen,
los frutos de Dios que ellas consumen.
Desfilan las divas en forma recta,
cambian sus prendas y la obra es… perfecta.
Fragancias derraman, del dulce néctar;
coquetas. Y el veneno es tan romántico
que a hombres mata de forma concreta,
según así el carácter empírico:
“Sus sonrisas, las más bellas del planeta”,
luciendo de modelos, nos inquietan.
Notas musicales, al bello ambiente,
rodean; y a los ángeles, que sienten
a cada paso que dan hacia el frente
por artes sonoras, para así alegrar
al escenario que ellas consienten
por lo único que desean lograr;
que la música fluya hacia ellas,
ya que aparecerán pronto en las estrellas.
Copyright © 2014 por Abdón de Jesús Cortés Suárez.
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