Tenía un sueño hermoso, quimera tan suprema,
y que fuera desvelo de los días de ayer,
dibujarla pensaba con un bello poema,
por siempre retenerla, mas no se pudo hacer.
Al mirarla, mi pecho despertó sus latidos,
y lleno de ilusiones, sentí desfallecer
y fiebre parecía que nubla los sentidos
dejándome rendido, sin nada por hacer.
Y quería abrigarla con magnífico verso,
y lograr que sintiera del amor el placer,
que viera las estrellas del mágico universo
con lunas tan tranquilas, y no lo quiso hacer!
Y tejerle quería, los tapices de flores,
y que ella caminara, gozando mi querer,
que reina se sintiera de todos los colores,
y pudiera adorarme con anhelos de arder
Y quería embriagarla con los báquicos vinos
que despiertan deseos del amor conocer,
se negó a dedicarme sus encantos divinos
y mis sueños se hundieron, sin poderla tener!
Me despido soñando con mi rota quimera,
que se vuelve tormento que tendré que vencer,
arrancando del alma la tristeza tan fiera,
que me dice llorando: Tu lo tienes que hacer!!
Autor: Aníbal Rodríguez.