Por el camino de tierra
que conduce al basural,
las niñas pobres del pueblo
pisando su sombra van.
Con su comparsa de perros
cual murga de carnaval,
algunas pasan cantando,
otras ríen sin parar.
Hurgando entre la basura,
ellas parecen jugar,
mientras el sol de la siesta
las mira ganarse el pan
Sonriendo vuelven las niñas
con sus carritos detrás.
Las niñas pobres y alegres
que viven del basural.