Nocturno, cielo nocturno que me duerme,
Plácida oscuridad embriagante de espionaje.
Llega la noche y las estrellan cantan,
La ciudad es de papel húmedo cuando la luna se asoma.
Los hombres huyen a las montañas
A buscar algún color flamante,
Y yo contemplo el baño nocturno del viento.
Nocturna es la alegría en la que me encierro con desdén.
Mi guitarra baila tangos al escuchar la fría voz
Y la noche llega fantasiosa en su clamor.
Negrura ciega que se empaña en el cristal
Apaga las luces con exquisito rocío cálido.
El río llora emocionado en las rocas de la noche,
Y los árboles dibujan igual el sonido de las hojas vivas.
Las aves vuelan en el mar maravilladas del susurro,
Hasta que el viento las eleva bañadas y fragantes.
Noche es la vida con la brisa al pasar;
Noche es la vida con su brisa peculiar.