Herreramatias

Obrero

De las manos astilladas y los nudillos entumecidos,

dejaré la brutalidad en el bolsillo,

para presentarme en la caricia.

 

De los ojos enrojecidos y las patas de gallo,

dejaré el seño preocupado, para alisar mis arrugas.

 

De tus complejos y ambiciones firmaré conforme tus caderas,

de entre las pasarelas recogeré tus cucharones.

 

De las laderas de mis orgasmos prematuros,

aguantaré tu espera agitada,

para arrojarnos juntos al vacío.

 

Y así... sincerados y escandalosos

estallaremos nuestros cuerpos luminosos

en la realidad del día.