...Y estaba creciendo, sonreía agradecida, también valiente de corazón. Era fruto de la sabiduría
de quién ella admiraba.
su galán.
aquél que por hechos mas que palabras le había entregado la vida misma, y hasta siempre.
Alegraba repitiendo el segundo ya pasado, su decisión;
No dejaría otra vez de adorarlé.
Estaba creciendo.