Los chicos estaban desordenados y vacíos,
las tinieblas ensombrecían su entendimiento,
el caos secuestraba toda oportunidad,
la compasión, conmovida llamó a reunión.
Candela, tímida y frágil, irrumpió su firmamento,
densos nubarrones se agruparon amenazantes,
tronó el espacio. Aquellos, temblaron inexpertos,
pero la tenue luz, brillo vehemente y triunfal.
Las palabras parecían estrellas fulgurantes
de un claro sendero que invitaban a caminar.
Las oportunidades fueron el maná cotidiano
de aquella mudanza épica hacia el saber.
Desairados, los nubarrones, despejaron el cielo
la expectativa llenó todo de color y sonido
la burda ignorancia transmutó en distinción.
Desde entonces, esta luz, hace posible la libertad.