Siempre salgo de noche, con la espalda descubierta a chocar el pasto frio: sé que es verde sin verlo...la humedad penetra mi piel, me siento agua tibia uniendo al hielo...
Y mis ojos se llenan de luces, una replica del cielo, el tamaño no importa, y el tiempo al pasar me eleva y me lleva a pensar que caeré contra el suelo de Dios...
Mis dedos pueden meterse entre las estrellas, mi espíritu cae al universo rozando los planetas...mi cuerpo se ata al pasto que ancla mi mortalidad, me siento esa gota que cae del paraguas al charco, me siento mas altivo que cualquier muerte...
Y la caída no tiene fin: soy un alma elegida, soy un alma que escapa...el viento tiembla contra el cordón de plata, los bosques y mares del mundo los dejo, no hay mundo, no hay infierno...
Y las luces quedan atrás con mis ojos, el silencio se apodera de la imaginación, el creador lleva mi mente fuera de su creación...la nada nace del todo, y del todo nace la nada...y estoy en el medio, la balanza es infinita, el suelo un terremoto...el sentimiento apenas es sentido, un rastro de lo que siempre fue y no es: es todo.
Y estoy en el medio, y soy cuatro espectros de lo que siempre fui: y de un golpe de palabras de mi boca el tiempo se detiene y no hay tiempo; la nada cae a la mente, la mente al espíritu, el espíritu al cuerpo, y el cuerpo al habla: \"Estamos en el medio de la balanza\"