Con la guitarra en la mano
resonante canta el payaso
en un soplo de vida deja
sus penas en un ocaso.
Su alegre melodía trina
desde su corazón desdichado
pero su amor de roja llama
jamás podrá ser olvidado.
La niñez desde su piel
arranca y en vivos regala
cual áurea inocente bondad
en incapaces niños recala.
Escondiendo sus tristezas
de forma profana y arcana
las simula con alegrías,
en generosidad las regala.
Oh!! Fulgente payaso
hoy las gracias te damos
pues a la vida otorgas
felicidad que despuntamos.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
-Argentina- 18-06-2015
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