A pesar de sus años, todavía,
sigue siendo en mi vida lo primero,
además es la flor que mas venero,
si dijera otra cosa mentiría.
Seguiré devolviendo cada día
sus caricias a cambio de un \"te quiero\",
el amor de una madre es verdadero,
yo lo sé, y también el alma mía.
Como olímpica flor de gracia llena,
su perfume me llega sin demora
cada mes, cada instante y cada hora.
Me da igual que envejezca mi azucena
ella sigue mostrando ese color
que no es blanco ni negro, sino amor.