Por qué tuvo que ser así? Dime Dios que hice de malo para merecer este calvario?
Me entregué a él por amor, puro y sincero, lo amaba, siempre lo amé.
Fuimos felices, o eso creía yo. Es cierto, el muchas veces estaba disgustado,
Caminaba dando tropiezos, a veces se alteraba, pero siempre lo amaba yo.
Tuvimos nuestros primeros hijos, y nuestra familia creció.
Los criamos fuertes y sanos, se hicieron grandes y pudieron al fin volar.
Nuestra hija mayor, por razones de dinero, tuvo que emigrar,
A un país extraño, pero donde las cosas estaban mucho mejor.
Me fuí con ella, para poderla ayudar. Ya los años no me ayudaban,
Estoy muy vieja, no puedo ya trabajar ahora como antes,
Mis otros dos hijos también se casaron, tuvieron sus parejas,
a sus hijos, todo era felicidad, además los podía visitar,
Una vez al año, a veces dos, pero igual sentía felicidad,
De encontrarnos de nuevo; pero, no todo podía durar...
Ellos se separaron, por mil motivos. Y yo seguía trabajando
con mi hijita la mayor, en estas tierras tan extrañas para mí.
Lo único que me alentaba a seguir, era volver a casa, a sus brazos,
a su aliento, a la fuerza que me daba estar a su lado, su cariño
Y todo el amor que solamente él me supo dar. Y a mis nietas,
Que ahora son el motor de mi vida y la fortaleza de mi caminar.
Enfermé, mas por soledad que por otra razón, pero me puse mal.
Me diagnosticaron una enfermedad pulmonar, ya no soy joven, lo se
Pero las cosas no terminaron ahí. Empecé a ver mal, ya no podía leer,
Y las rodillas me empezaron a doler, las manos se adormecieron
Al intentar trabajar. Me hice tratar, las cosas salieron bastante bien.
Pude respirar con cierta facilidad, ya podía caminar, aunque con dificultad,
Las manos no me duelen tanto, y ya puedo por lo menos leer, no como antes
Pero ya me puedo valer por mis propios medios en las tareas del hogar.
En plena recuperación, me informaron que mi esposo moría por un tumor cerebral...
No llegué al momento final de su partida. Las cosas en el trabajo
Iban de mal en peor, una crisis a todos nos envolvión sin compasión.
Mi hija perdió el trabajo, y tuvo que buscar uno nuevo, para así
costear mis pasajes de retorno al lado de mi esposo, a mi ciudad natal..
Llegué muy tarde, él ya había partido días atrás. Apenas pude abrazar
Su ataúd en el funeral. Mas eso no fue todo lo que iba a pasar,
Mi hermano menor, casi a rastras me llevó al hospital, yo no quería ir,
Pensaba que él se preocupaba por mis enfermedades que sabía yo
Tenía desde hace algún tiempo atrás. Mas no era del todo así.
A mi esposo antes de partir, le diagnosticaron que era portador
de una enfermedad mortal: HIV. Y también me la encontraron a mi.
Ahora ya no se qué pensar. Sabía de alguna infidelidad, pero
No pensé que podría ser la vida tan cruel. No solo me dejó sola,
sino con una condena cruel y fatal. Y lo que es peor,
La gente no se me quiere acercar, me miran de reojo,
No me quieren saludar, creen que los puedo contagiar.
Solamente tengo a mis nietas, a quienes trato de cuidar,
Pero las fuerzas me están abandonando, he vuelto a respirar
Con mucha dificultad, mi visión está bajando cada día más.
Los huesos me duelen, las manos se adormecen, los pies
No dan más. Todos me ha dicho que se acerca el final.
Solo quisiera saber, por qué tuvo que ser así?
Cuál fué mi pecado, mi Dios, para este terrible padecer?
Fuí fiel a mi esposo y a mi hogar. Trabajé duro y con honestidad.
Nunca dejé de asistir a la Iglesia. Inculqué a mis hijos la fe.
La religión y la honestidad. No puedo entender por qué
Debe mi vida tener este doloroso y cruel final....