Aprendí que la vida vale la pena vivirla cuando se tiene esperanza en lo eterno
Y que el amor no se encuentra en la mucha teoría, sino el sacrificio
Aprendí que los hombres siempre quieren más de lo que tienen, y tienen menos de lo que quieren
Aprendí que ser feliz no depende de las circunstancias, sino de uno mismo
Ser agradecido debería ser parte de nuestro diario levantar
Aprendí que la fe es tan certera cuando hay esperanza
Y que el bien del hombre es una bella mujer que lo ame
Y ver a sus hijos retozar en el patio de su casa
Aprendí a creer en el amor porque creo en Dios
Y que llegar a ser rico no es mejor que ser pobre
Porque la confianza que se deposita en el dinero desaparece con él
Aprendí que la sabiduría no se encuentra en los libros sino en el pasar del tiempo
Aprendí que la paz que buscan los hombres se basa en la comodidad
Y no en la tranquilidad del alma
Aprendí que los placeres solo llevan al hombre al precipicio
Y a destruir lo que con tanto sacrifico construyo
Aprendí a llevar dos millas la carga de mi vecino
A dar le pan al hambriento en tiempo de hambre
Aprendí que desprenderse de algo, te enseña que la vida no nos pertenece
Y que en algún momento la entregaremos
Aprendí que una madre es más importante que los quehaceres
Y que la niña te tus ojos siempre estará cerca de ti
Aprendí que los recuerdos te hacen recordar que el presente se lo debes a ellos
Y apreciar cada momento como irrepetible
Aprendí que el perdón sana las heridas más profundas
Y que los tropezones nos enseñaran a caminar con más cuidado
Aprendí que la justicia no la vamos a encontrar en este mundo, ni en las demás galaxias
Sino en la palabra de un ser divino que hemos olvidado
Aprendí que los hombres buscan la cura de la muerte
Sin mirar al que creo la vida
Que aprendiste tú…