Embestidas de un corazón herido en tu partida,
marchaste lentamente y sin demora
así como se va perdiendo el cielo anaranjado
bajo las alas oscuras de la noche,
aún silente y fugitiva bajo tus escasas palabras,
murió aquella melodía que danzaba de tus labios
y es escucha la lluvia enfurecida,
lastimando sin piedad las heridas del alma.
Encerrado entre cercos de espinas,
asediado por la euforia del llanto y nostalgia,
abandonado como el naufragio del velero en alta mar,
lastimado como rocas hendidas entre olas salvajes,
mojado por esta mirada que no escampa en el llover,
y la alegría del dolor está en las lágrimas.
Todo sabe a miel si creemos que todo es dulce,
todo es lamento si creemos que somos culpables,
para que vivir de lo que fue si lastima en el presente,
para que llorar en el ayer y en el mañana
si mis ojos sangran lágrimas solo una vez.
Parece que nada sobrevive al delirio del amor,
cuando me ausente de este espejismo
me tornaré sobreviviente de las ruinas,
alejado del abismo que me deja vacío,
lejano del oscuro instante que anidó sobre mi pecho,
solo se llora una vez si la mirada sangra
y la alegría del dolor está en las lagrimas.