I
Una voz me llama a lo lejos,
Voz que me calma mis penas,
Voz siempre tierna y serena
Voz que se escucha en silencio;
Es cual conciencia sin velos,
Es como una puerta abierta,
Que me reanima en la yerta
Cárcel, tan frágil, cual sueño:
Es esa voz de mi madre,
Con claros tintes de azul;
Voz que me dice adelante,
Sólo en vida puedes tú
Entregar ese amor palpitante:
Ser en tinieblas, la luz…
II
Tú que estás en el cielo, junto al Dulce Señor,
Llévale este mensaje pues muy lejos yo estoy;
El planeta se acaba, su bondad se olvidó,
La violencia gobierna, sólo impera el rencor;
Una selva muy fría, una lucha feroz:
Ya no existen hermanos, sí la muerte y traición;
Los gobiernos oprimen, hay secuestro y dolor
De mil muertes y robos, de constante opresión;
Se acabó la familia, se acabó la hermandad,
Sólo existen las drogas, una selva del mal;
Es la naturaleza un desorden letal,
Se acabó la armonía de aquel mundo ideal;
Dile, madre, al oído que no deje de actuar
Que de nuevo nos guíe su Divina Verdad…
III
Mujer divina eres tú,
Plena de luz y belleza,
La más grande sutileza
Irradiante de gran luz;
Amor que no pasará
Que arderá siempre sincero
Amor que no morirá
Porque es un amor eterno;
Amor que del corazón
Irradia tan sólo vida,
Y que es la única razón
De esta inmensa alegría;
Luz convertida en mujer,
Una pureza inmortal,
Fuerza que da forma al SER
Cuando se torna MAMÁ...