Manos en los bolsillos
y mirar perverso,
ve al enemigo
y contiene el aliento.
Un mal pensamiento
anida en su cerebro,
atacar de nuevo
tiene sus riesgos.
Su rival lo mira
por acto de reflejo
aumentando su ira
y borrando el miedo.
Se cruzan en la calle
caminando lento
tramando el ataque
exponiendo el pellejo.
Empuña el arma
frunce el ceño
y avanza decidido
a terminar aquello.
De pronto una alarma
suena a lo lejos…
Es el reloj despertador
que lo sacó del sueño.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela