Mauro Enrique Lopez Z.

Carolina ¡ extraño su andar !

En cada linda mañana 

cuando pasaba Carolina,

con dulce y tierno mirar,

me hacìa el alma alegrar.

Y ha pasado el tiempo

en que no veo su suave andar,

ya su mirada no la tengo,

y no se por dònde andarà.

Pero en mis pensamientos vive

por la eternidad.

Pero como la extraño: Carolina

estoy sufriendo de soledad,

hasta mi jardìn lucìa para ella:

¡como extrañamos su andar !