¡ Que dama ¡
le hacìa creer a su esposo que lo amaba
cuando estaba en casa .
Cuando èl salìa de faena,
ella se iba de farra con su amante:
¡ como gozaba !
y llegaba a las seis de la mañana.
A sus hijos le tenìa abandonado,
y a su amante le formaba un drama,
que su esposo la maltrataba.
llego el dìa que se le durmiò el diablo
Y supo su amado:
lo perdiò todo.
hoy anda en las calles
buscando quien le brinde un bocado
despuès de haber tenido en abundancia.
De nuevo quiere regresar,
pero ya tiene un reemplazo,
sus hijos no la extrañan
son muy felices
con mucho cariño y cuidado,
de la nueva madre
de su padre amado.