Las cosas por su nombre
Hoy, un peculiar día de mayo me toca despedirme
De un gran ser humano, hombre incondicional, trabajador y amante a la vida.
Mi querido viejo,
Hasta aquí llego tu momento en esta tierra, en la cual trabajaste
Muchos años de tu vida, la que cuidabas y en la que cosechabas
Esos grandes frutos que con sudor sembraste en algún pasado.
Difícil será no verte caminando en el campo como tanto amabas,
Despertar con el canto del gallo a la mañana
Y tomar ese café que nunca faltaba.
Hay querido viejo que mucho, nos enseñaste no solo a tus hijos,
Si no a tus nietos y bisnietos.
Las cosas por su nombre, hoy descansas en paz.
Y no nos despedimos de ti, si no que te decimos hasta luego querido viejo.
Siempre tendremos un vivo recuerdo de lo que fuiste y siempre serás.
Tu familia, amigos y conocidos
Siempre te llevaremos en nuestro corazón y hoy solo puedo decirte
Hasta luego querido viejo.