El lenguaje del amor desborda la misma comprensión del ser humano.
Amar no tiene límites,
no señala, no busca por el otro,
amar es moverse hacia donde el corazón desea y en donde la razón es de un universo ajeno.
Amar es, sencillamente un estilo de vida tan personal que cada quien tiene su propia percepción.
Dejar que otros interpreten tu amor es pretender que existe una sola visión de Dios.