Petición a María
Sábado Santo
Concédeme madre tu pensamiento,
E ilumina mi mente
Con la luz de la sabiduría.
Concédeme tu corazón con tu ritmo
Para sentir en el latir de la oración
Y la piedad que llevas dentro.
Concédeme tus ojos, para con ellos
Mirar, si con ellos puedo ver,
Y nunca volver a pecar.
Concédeme tus sentidos para saber lo bueno,
Para escuchar lo bendito
Para ver más allá de la maldad
Para olfatear las huellas de Dios
Para degustar el sabor del bien
Para tocar y sentir, una lágrima.
Concédeme tus labios
Para con ellos, orar, si con ellos oro,
Jesús me podrá escuchar.
Concédeme tu manto, para esconder
Mi maldad, pues cubierta con él,
Al cielo he de llegar.
Concédeme a tu hijo,
Para yo poderle “Amar”,
y será mi dicha
Para toda la eternidad.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz