Mauro Enrique Lopez Z.

Libre de pena.

La esperaba en la aurora,

pasó la mañana y no hubo una llamada,

y al fin acabó la espera.

No voy a creer más en su promesa,

lo bonito es:

ni pregunto,y no quiero saber de ella.

si volviera, le diré:

date la vuelta

que amor como el tuyo

en las avenidas se le encuentra.

Y para no sufrir de pena

te dejo libre el camino

que yo seré feliz a mi manera.