Hace un tiempo, exactamente un 11 de Mayo del 2000 nací.
Aprendí y conocí todos los seres y cosas que se encuentran aquí.
Pasaron los años, y conviví con los maños.
Algunos mantuve, y sigo riendo.
Otros, se fueron.
Un mejor amigo tuve, con risas y palabras mantuve.
Yo la cagué, yo me disculpé y él se fue.
Pero a quien más extraño, (y es mi mayor anhelo), es a una chica.
Éramos risa y boca, amor y Cupido, uña y carne.
Uno extrañaba al otro, ahora uno repele al otro.
Te digo una vez más desde aquí: lo siento, pues soy muy cobarde para decírtelo al aliento, al son de mi corazón, pero…. ¿Para qué decírtelo al mismo tiempo, si las palabras se las lleva el viento?
Pero hoy no estoy para recordar tristes momentos.
Yo recuerdo un prado de arena y sal. Un sol que temblaba, y una vela que velaba al alba, su cálida luz.
¿Y cómo fue mi primer cumpleaños?, me preguntaron:
Estaba en familia, por donde la playa asoma en la Malva Rosa. Vi una gran tarta, con dulces y nata. Y con un pequeño lazo rojo y amarillo, moviéndose lentamente en un palo. Me llamo la atención su intenso color y el calor que desprendía. Quise tocarlo, pero a mis padres no les parecía. Es por ello que me la alejaron. Yo insistí, y me acerqué a ella, y la toqué. De repente, ardiome la mano, llorando de dolor y ardor. ¡Qué frustración fue aquella!
Ahora ya ni confió en la nieve por blanca, ni en la noche por oscura.
Felicitarme de corazón difícil será, si no por tradición.
Seguiré cerrando los ojos, para que así sea un día más. Solo decir gracias a todos por tanto, y a la vez, por tan poco.