boris gold

VIDA: SUMIDERO DE ESPERANZAS MUERTAS

El despertador con su infernal sonido le marca  la realidad de ese día, las agujas indican las seis y treinta de la mañana y como hace tanto tiempo las dos sombras” se comportan de la misma manera.

Él levantándose mientras ella se da vuelta para seguir durmiendo, son los intérpretes de un gran desencuentro...AÚN VIVIENDO JUNTOS.

Como un autómata se dirige a la cocina, abre la heladera y la vuelve a cerrar, piensa un poco y se despabila otro tanto mientras sus pasos lo llevan hacia el baño, se deja caer en el inodoro dejando vagar sus sueños hacia cualquier lado, con indolencia aprieta el botón, ¡SI UNO PUDIESE ARROJAR A LA CLOACA TODAS LAS ANGUSTIAS!.

Se mira en el espejo y lo que este le devuelve no le gusta nada, ve un hombre de cuarenta y cinco años que aparenta muchos más, la barba crecida y las ojeras hablan a las claras que no está pasando por un buen momento...y eso se nota a la legua.

Se acerca más a esa figura y con los ojos desencajados le dice: ¿ESTE ES EL JOVEN BRILLANTE QUE A LOS VEINTE Y TRES AÑOS SE RECIBIÓ DE MÉDICO CON LAS MEJORES CALIFICACIONES Y MEDALLA DE ORO?.

¿Dónde quedaron las esperanzas de tus viejos en la brillante carrera de su hijo?, ellos siempre pensaron que en poco tiempo sería un famoso profesional, bien casado y que incluso vivirían sus últimos años a la sombra de la fama y el bienestar que le daría el nombre de “su muchacho”.

Las lágrimas caían a raudales sobre el lavabo deslizándose hacia la rejilla, para perderse en lo que se había convertido su vida: LA OSCURIDAD DE UN TÚNEL INFINITO.

Se apuró en afeitar y cepillarse los dientes y luego se vistió, ya estaba a punto de partir hacia la gran aventura...LA SALA DE GUARDIA DEL HOSPITAL MUNICIPAL”JUAN MARTOLO”, lo estaba esperando un importante personaje: ¡EL DOLOR!.

Indudablemente tenía mala suerte, pensar que podía paliar en algo su soledad en la cena a realizarse hoy, convocados por los ex bachilleres de su promoción,(su agenda estaba vacía de reuniones agradables) pero hoy a la noche estaba de guardia en el hospital y de ninguna manera podía faltar, ese hubiese sido un buen motivo para remontarse a esos diez y ocho años en que sin duda era feliz...PERO HASTA ESO LE SALÍA MAL.

Mientras viajaba en el atestado autobús rumbo a su trabajo, se le pintó una sonrisa en sus labios pues se desocupaba un asiento y prontamente se sentó en él, entonces aprovechó para desplegar el periódico que había comprado de pasada en el puesto de la esquina.

Por ese motivo se enteró que era una jornada muy especial para la salud y por ende para los médicos, que esperaban ese día en que supuestamente se solucionarían infinidad de problemas que atañen a su profesión.

En los “mentideros políticos” era un secreto a voces que ciertas cosas raras iban a suceder en la cámara de diputados, se “cocinarían” cosas no muy santas que digamos, deberán decidir sobre tablas, si se subvencionaba una importante cantidad de dinero para poner a punto el deficiente estado edilicio de muchos hospitales municipales y la construcción de otros en los suburbios, puesto que algunos barrios periféricos no cuentan con ninguno.

El recinto mostraba un lleno total, era muy raro verlo así, porque es sabido que una gran cantidad de legisladores no aparecen nunca por allí, salvo cuando se fogocita algo gordo como ahora.

Otra curiosidad eran las nutridas y ruidosas barras, que poblaban con sus cánticos y pancartas, las tribunas del recinto.

El ambiente era tenso, lo hacía aún más la sospecha de un “arreglo” que había en el aire, se sabía que desde la cúpula se pedía anular esa partida de dinero para el fin ya expuesto, lo que sucedía era que como en un pase de magia todo el dinero que estaba destinado para ese menester...HABÍA DESAPARECIDO.

La cara por demás tensas de los diputados que esperaban ansiosos el debate, hacían marco al bochinche infernal que había en el ambiente, en ese momento se escuchó la campana que llamaba a sesionar.

La oposición aferrada a su requisitoria , exigiendo que sin más dilaciones se girara el dinero para lo que estaba destinado, mientras el oficialismo usaba cualquier chicana con tal de anular “por el momento” la moción opositora, en un tira y afloja que no parecía tener fin, hasta que la minoría logró por último que se pudiera votar.

La primera compulsa dio como resultado un empate, noventa diputados de ambas partes habían apoyado por los envíos unos y los del partido gobernante, QUE NO ERA EL MOMENTO OPORTUNO PARA ELLO.

Entonces  y después de un cuarto intermedio hasta el fin de la tarde, se llamó de nuevo a votar para definir la situación, porque debía haber indefectiblemente un desempate, en ese ínterin a un par de ediles del oficialismo se les ocurrió llamar por teléfono a su casa a JUAN DIOSDADO CARLILES.

Este personaje, compañero de bloque  que a raíz de los continuos faltazos a las reuniones lo habían apodado “día femenino” (pues venía solamente a fin de mes a cobrar su sueldo).  Este sujeto se encontraba en su lujoso y coqueto piso de la calle más cara de la ciudad de Buenos Aires, dicho inmueble eran frutos de algunos vueltos no entregados y al atender el teléfono puso un gesto de fastidio, tratando de zafar a la convocatoria...pero no pudo.

Había acomodado esa noche a una reunión de ex compañeros que se presentaba muy divertida, por ello había convocado a una impactante damisela , cosa de ser tomado como un tipo “muy ganador”, lo que no sabrían era que había pagado a una prostituta(él era incapaz de seducir a nadie por sus propios medios).

Estaba muy furioso porque sabía que  estos encontronazos tan reñidos, podían durar toda la noche hasta lograr un veredicto.

Entró al gran salón como un gladiador (estaba convencido de ello) su traje era impecable como siempre, el brillo de sus zapatos Italianos opacaba a toda esa MANGA DE SERES INFERIORES, como solía llamar a sus correligionarios, lo que venía a votar le interesaba tres pitos.

El diputado Carliles no pensaba ni en broma caer en ningún hospital si algo le pasaba, eso era para la gente de baja estofa, para “los negritos” del pueblo, lo único que faltaba, era funcionario, tenía poder y mucho dinero, a él le resbalaban LOS LAMENTOS DE LOS POBRES.

Por fin se hizo nuevamente la compulsa y como siempre, perdieron los más débiles: PARECE UNA CONSTANTE GRABADA A FUEGO.

Conciente que su llegada para votar, había volcado el fiel de la balanza a favor de su partido, ya estaba pensando en la forma de “pasar la factura” porque una persona como él...NO TRABAJA GRATIS PARA NADIE.

Dentro de todo no había sido tan pesada la sesión, estaba con el tiempo justo para concurrir al evento con sus ex compañeros, por consiguiente llamó a la dama que lo iba a acompañar, diciéndole que en media hora pasaba a buscarla.

Con la socarronería que lo caracterizaba se despidió de sus correligionarios, no sin antes decirles: cuando quieran que los saque de apuros, no se olviden de llamarme, LES GUIÑÓ SOBRADORAMENTE UN OJO Y SE MARCHÓ.

Cruzaba la calle hacia su lujoso automóvil, iba contento y despreocupado, pero evidentemente hoy se habían conjurado LOS JUSTOS, LOS OLVIDADOS Y LOS HUMILDES, poniendo en manos de otro “MÁS POBRE” el trabajo de vengar de alguna manera...¡A TODOS LOS PERDEDORES!.

Cuando apretó los frenos de esa desvencijada chatarra que era ese por así llamarlo auto fiat seiscientos(fitito), en ese preciso momento el conductor se dio cuenta que se había quedado sin frenos pues estos no le respondían, de esa manera SE LLEVÓ POR DELANTE AL ELEGANTE CABALLERO QUE CRUZÓ LA CALLE SIN MIRAR.

La sangre tiñó de rojo el asfalto, un alma buena llamó a la ambulancia, el camillero mientras tanto cargaba al herido en el vehículo, uno de los curiosos que se pararon a mirar preguntó: ¿dónde lo llevan?,.AL HOSPITAL JUAN MARTOLO RESPONDIÓ...

¡ES EL MÁS CERCA!.

Boris Gold.  (simplemente…un poeta)