DIME MAR
Oh, tú mar, que me traes desde muy lejos
Capeando los vientos y tormentas,
Con olas plateadas y sedientas
De arenas y de orillas, los reflejos
De otros cielos, de su luna argenta.
Contesta de una vez, di si encontraste,
Viajero de recónditos lugares,
Indicios de mi amor en esos lares.
Entenderás, si alguna vez amaste,
Mi angustia, mi zozobra, mis pesares.
Tú, en noches de amores, mi testigo
De abrazos practicados en las dunas,
De baños alumbrados por la luna,
De nuestros cuerpos al compás amigo
Del murmullo de tu rompiente cuna.
De mil promesas en susurro al viento,
De besos con usura, con urgencia,
De tristes noches de cruel ausencia,
Sufrimiento del alma, del tormento
De vivir añorando su presencia.
Si en tu eterno vaivén, a mi amor vieres,
Cuéntale mis temores, mis angustias,
De mi triste vagar, de mis amustias.
Trae su mensaje cuando tú volvieres,
Devolviendo el verdor a mi alma mustia.
Mas, si la vieras en extraños brazos,
Miénteme, manténme en mi ignorancia,
Dime de su desdén, de su arrogancia,
Deja que me prepare, dame plazo,
Que no apague mi amor tu intolerancia.
Porque si conociera su traición,
En el instante mismo que supiera
Mi desdicha, una cruenta hoguera
Quemara mi afligido corazón
Y en sus cenizas, mi alma pereciera.
Mayo de 2016
Jose Cruz Sainz Alvarez