El más bello ballet fluía
de la calidez de tu cuerpo y de tu aliento,
del hechizo y de la magia
de tu enamorado corazón.
La piel de mis manos hallé burdas
al acariciar la tuya, que era seda…
tienes el hechizo de las hadas
todo lo encantas, con tu danza.
Las delicadas formas de tu bella figura
voy cincelando como el mejor de los orfebres,
honrándote en el fino mármol de Carrara,
para que seas admirada, para siempre.
He buscado en la caricia de tu aire
en el aura que rodea tu cuello,
en tu flamígera estadía en mis manos
el evidente secreto de un amor callado.
En mutis absoluto, tu cuerpo se eleva
agitada, cálida, en la noche calma
tus giros son premonitorios
como cuando el cisne canta.
Vanamente busqué en tus labios
la ansiada palabra amor,
envuelta en mis brazos
apenas te sostengo…
Todavía queda por plasmar en lienzo
la palidez de tu hermosura,
se fueron las rosas de tu cara
te cubro con la tela, y pienso…
¡No he visto el paraíso!
Delalma
Viernes, 02 de abril de 2010