Apretados dolores en un rincón del alma
la vida se trastorna, parece baladí
una canción deforme,
inanimado vuelo,
una mente sin cuerpo
si no estoy junto a ti.
Truncado mi destino, aparecen fantasmas,
vagando como un zombie, carente de matiz;
y estoy como una hoja, flotando entre la nada;
la tonta carcajada, muñeco de arlequin.
Mañana cuando sienta el frío de ese invierno
la escarcha de tus ojos se volverán en mi
un corto recurrente de cine continuado
que marca el día exacto cuando yo te perdí.