Cuando las tardes brillen como si nunca existiera el invierno… un verano permanente… una primavera…
En que las rosas parecen como si nunca se marchitaran… hermosas… rojas… rosadas… quizás azules…
Que se siente como si los temores desaparecieran… una paz… una calma…
Que sientes una sonrisa…
En que todo es tan sutil… tan delicado…
Cuando todo es una sorpresa…
Cuando las expresiones y los sentimientos sólo se perciben en el silencio, una quietud para interpretar las ilusiones… los pensamientos…
Cuando en las noches las estrellas parecen estar más cerca… como si se pudiera llegar a lo más lejos que se pudiera imaginar…
Estornudas… dos o tres veces… y entonces sigues contemplando todo eso maravilloso porque la mente nunca se turbó…
Como que deseas adueñarte de esas tardes brillantes… de esas rosas siempre bellas… de esa sonrisa… de las ilusiones…
Todo eso que inspira…
Que conquista…
Es porque has contemplado los ojos de una vasca.