Te quiero infinito, eterno.
Más allá del para siempre
y más de lo que mis ojos
se animen a ver.
Te quiero ininterrumpidamente
como el río, como el viento.
Te quiero bajo la luna y las estrellas.
Bajo el sol de invierno.
Bajo la lluvia y la nieve.
Bajo la confusión de la tormenta
y la nostalgia de los recuerdos.
Te quiero simple, aún complejo.
Enredado y difícil.
Te quiero inmenso
como el desierto y el mar.
Interminable, incierto.
Te quiero joven y te querré viejo.
Loco y cuerdo.
Eufórico, callado, volátil.
Con caprichos y egocéntrico.
Sin tamiz ni paracaídas.
Te quiero sin garantías y
con todos los riesgos.