Caminando por la calle, nos encontramos por casualidad,
un saludo cordial, un apretón de manos, pues somos amigos, nada más.
Una sonrisa nerviosa, para a los ojos de los demás ocultar,
Que en la penumbra de la noche, nos amamos con locura sin igual.
Fue en la noche, cuando nos encontrarnos a solas los dos,
huyendo de la gente que nos señala con el dedo acusador,
pues nuestro amor es prohibido, lo sabemos muy bien,
Y nadie podrá nunca, lo que sentimos, poder entender.
Por qué tuvo que ser así? Por qué no pudimos antes coincidir?
Te conocí y ya eras de otro, hace ya mucho tiempo atrás,
Y también mi vida entregué a otra, a quien creí de verdad amar.
Por eso tenemos que seguir así, ocultando nuestro amor de los demás.
Me miras nuevamente, no dejas de sonreír. Y yo, yo no se ya qué hacer...
La gente está mirando hacia nosotros, por esta escena singular,
Yo sostengo tu mano, y miro en silencio a los demás,
Tu sonríes nerviosa, y tratas vanamente mi mano soltar...
No podemos seguir así. No es justo ni para ti, ni para mi, ni para los demás,
El amor es así, no cree en razones ni justificaciones, ni quiere entender,
Que muchas veces para amar, hay que dejar de lado a otros, a los que
desde un inicio no querías lastimar. No podemos seguir así, ya no más.
Suelto tu mano, y al fin dejas de sonreír. Te retiras por tu camino,
Y yo sigo el mío, en silencio, sin mirar atrás. No te volveré a ver.
En esta vida no podremos nunca más volvernos a encontrar,
Pues si ayer fuimos amantes, hoy solo somos amigos y nada más...