Ésta tarde recordé quién eres y me sentí extraño,
Volvieron a mí los deseos fogosos de nadar en tu pelo.
Mariposas volaron a mí con aire de melancolía
Y me sentí extraño.
Te vi caminar en el viento y brillar en una nube.
Me invadió un terrible afán de tocarte
Y crucé el breve espacio en que no estás,
Te abracé tan fuerte que pude sentir tu vacío.
Ésta tarde ha sido extraña y así de extraño lo digo,
Sin voluntad alguna he vuelto a pensarte;
El ocaso se apostó en tu figura innombrable
Y ahora sueño con que el deseo se repita.