vitua

semanas de un mes

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Semanas de un mes y no de siete días,

debió crear dios en su obra divina,

quién sabe qué ironía le aplacaba la riza,

para un ser inmortal no hay apuros, sí rutina.

 

Entonces por qué la dicha de encontrar una semana,

un mundo que se creó en siete días con madrugadas,

y se pobló por una manzana en manos confundidas,

a quién enroscó la serpiente ignorante y extremista.

 

No voy contando los segundos, ni me interesan,

vacilo a la mujer del amigo con la mirada de artista,

soy aficionado al arte y me proclamo naturalista,

he desnudado mujeres sin título de esgrimista.

 

No me toma todo el día confesar mi relación

tan absurda y tan activa con mi tonta inspiración,

estúpida es mi rutina a la hora de escribir,

que es tanto como a dios mi apuro en resurgir.

 

Por eso; qué le acotas al beso de tu boca?

un cachete ó unos labios, dá lo mismo según la horca,

así mi prima hermana se lanzó de boca a mí,

y yo con unos tragos un pecado cometí.

 

Semanas de un mes y no de siete días,

se me hizo cada hora en casa de mis tías,

en mi familia no se dá un genoma confundido,

ni alborotos en la sangre, ni alterados leucocitos.

 

Plaza de los apurillo, dios bebe tranquilo

no tiene por qué apurarse a hacerse cargo del subsidio,

nosotros nos moriremos y enfrentaremos un juicio,

por eso me burlo de él si él se burla de nosotros mismos.

 

Ciclista que vá pedaleando por una calle que ha creado,

tropieza con una piedra que le ofrece un sarcasmo,

treinta días a la semana en meses de unos años,

quizás al ser pausado no existiera un mundo, tan agitado.

 

victor vituá.